En su mayoría son tintas con mucho color donde una vez más el artista combina su maestría de dibujante y su humor y acercamiento a la caricatura.
A muy pocos les interesaban los puntos de fuga, los yesos o las naturalezas muertas. La línea y el claroscuro perdían su goleada ante a+b=c, el Primer Triunvirato o la altura del Monte Everest. A nadie le interesaba la materia. Ibamos al colegio para llegar a ser profesionales, para tener un título.
Dibujo se aprueba fácil, no tenés que estudiar, se decía.
Hoy quiero agradecer a la profesora Hebe Ganapol por su insistencia en transmitirme, en sus tantas clases, la importancia de intentar dibujar la flor de lis."
Jorge Meijide.
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